sábado, 16 de mayo de 2009

Reducción del crecimiento



Que la inversión del ciclo económico de las PyME es real puede apreciarse en el Gráfico 3: durante 2008
sólo el 65% de las firmas creció, ya sea de manera normal o acelerada, cuando durante el año previo casi el
80% de las empresas mostró este desempeño. Adicionalmente, cerca de la tercera parte de las empresas
se encontró en una situación de estancamiento mientras que un 7% vio reducido su nivel de actividad.

Las empresas más afectadas por el freno de la actividad fueron las más pequeñas (entre 10 y 50
ocupados): el 40% atravesó una fase de estancamiento o achicamiento en 2008. En cambio, en el caso de
las medianas (entre 51 y 200 ocupados), la cuarta parte de las firmas se encontró en esta situación.
Como también puede verse en el Grafico 3 se ha retrocedido al nivel de difusión del crecimiento que se
registraba en 2004 y, más atrás en el tiempo, al nivel de 1997 -antes del fatídico trienio 1999-2001-.
Es importante destacar que el 2001 no llegó de improvisto. Las presiones negativas se fueron acumulando
desde 1998, mientras la política económica no atinaba a diseñar los instrumentos adecuados para revertir el
ciclo negativo. La situación actual de la economía argentina por ahora es diferente a la de aquellos años,
pero hemos tenido una fuerte pérdida de competitividad externa y el contexto internacional es
dramáticamente negativo. Con el 75% del producto mundial en recesión, explicado principalmente por los
países más desarrollados, dejó de ser posible sostener el argumento del desacople de los países
emergentes que predecían muchos analistas un año antes.
Por ahora, y antes de registrar los efectos de la caída del mercado internacional que mediremos a partir del
primer trimestre de 2009, la pérdida de los 13700 puestos de trabajo tiene al menos tres efectos: 1) un
efecto directo sobre el consumo debido a la caída de los ingresos de los trabajadores despedidos; 2) un
efecto fiscal debido a la pérdida de recaudación del gobierno en concepto de cargas sociales y de
impuesto al valor agregado por la caída del consumo; 3) un efecto sobre la rentabilidad de las firmas que
consiste en el aumento de la capacidad ociosa (dado que se incrementa la relación capital/ trabajo) y, por
otro lado, en el impacto sobre la producción (suponiendo que la productividad del trabajo no puede subir de
manera tal de continuar produciendo exactamente lo mismo con menor cantidad de trabajadores).
En primer lugar, los despidos de personal afectarán de manera directa el consumo por la pérdida de
ingresos de los trabajadores. Según estimaciones propias, alrededor de 300 millones de pesos menos serán
destinados para consumo durante 2009.
Por otra parte, según los cálculos de la Fundación Observatorio PyME, los 13700 puestos de trabajo
eliminados generarán en 2009 una pérdida para el gobierno de alrededor de 90 millones de pesos debido a
la caída en la recaudación generada por la caída de los pagos de cargas sociales y la menor recaudación
de IVA que generará la retracción del consumo.
Finalmente, la relación entre el capital (activo no corriente) y el trabajo se incrementa al reducirse el número
de trabajadores. Según estimaciones de esta Fundación, con un total de 13700 puestos de trabajo menos
alrededor de 600 millones de pesos en activo no corriente quedaron inutilizados. Esto genera una pérdida
de eficiencia que repercute en los costos fijos de las empresas.
Asimismo, si la productividad del capital se mantuviera en términos más o menos constantes, la pérdida de
los 13.700 puestos de trabajo implicará una disminución de las ventas anuales equivalente a poco menos
de 1.500 millones de pesos de acuerdo a los cálculos realizados.
Ahora bien, ¿qué ocurrirá en 2009 con la actividad y el empleo? Como se desprende de la lectura de las
expectativas de los industriales PyME, no se espera un repunte de la actividad en 2009.
Los empresarios prevén un mayor debilitamiento de la demanda: casi la cuarta parte cree que sus ventas
caerán en 2009 –contra un 4% registrado en 2007-.
En línea con esta tendencia, más puestos de trabajo se verán amenazados durante este año. El 18% de los
empresarios planea reducciones de su personal cuando en los últimos cuatro años este porcentaje no
superó el 7%.

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