viernes, 15 de mayo de 2009

Mercado: también preocupa la pesificación del gas

Mientras el precio del petróleo ha evidenciado en las últimas semanas algunos indicios de recuperación, hasta acercarse a los 58 dólares en el plano internacional (siempre son 6 ó 7 menos para el crudo Escalante), las expectativas en torno al final del ciclo negativo actual se proyectan hacia los últimos meses de este año. Al inicio del invierno en el hemisferio norte se verá si las bajas temperaturas impactan suficientemente en la demanda, como para terminar de estabilizar la cotización internacional en valores más acordes a las expectativas del sector.
En el plano regional, mientras tanto, se trabaja entre empresas contratistas y operadoras en la adecuación de tarifas. No se conocen avances ni detalles, pero en diversos ámbitos se destaca la buena voluntad de las partes para llegar a acuerdos que mejoren la ecuación económica.
Desde el punto de vista del empleo, las señales más claras pasan por el acuerdo de la mesa de concertación, con el compromiso de sostener puestos de trabajo aun cuando no tienen tarea fija asignada, producto de las reducciones de actividad en la región.
Se estima que hay más de 800 puestos de trabajo “sobrantes”, tanto en el sector petrolero como de la construcción en yacimientos, que están percibiendo una asignación salarial básica comprometida hasta el mes de octubre.
Después de ese mes se espera que se confirmen los indicios de recupero, además de que se podrá evaluar el impacto concreto del fondo compensador que incentivará la jubilación de alrededor de 700 trabajadores que reúnen las condiciones para hacerlo.
El pase a pasividad de esa cantidad de operarios permitiría un reacomodo natural del mercado de trabajo, según se espera en todos los sectores.
La expectativa de recupero no sólo depende de que el hemisferio norte tenga un invierno frío (la lógica ambiental no es previsible, cambio climático mediante), sino por la recuperación de precios de referencia en el mercado interno.
Esto está referido no sólo al petróleo, para el que se busca fijar un piso que se respete al momento de liquidar regalías a las provincias y en la transacción entre refinadoras y operadoras, sino también en el estratégico mercado del gas.
Al respecto, la experiencia del conflicto de Neuquén ha demostrado que sin la adecuación de precios de este fluido, hoy pesificado y congelado, será difícil incentivar la actividad productiva que se pretende.
El gas está pesificado en alrededor de 52 centavos de dólar por millón de BTU (Argentina lo importa desde Bolivia pagando unos 7 dólares por M.BTU) y a medida que el dólar sube, el fluido se deprecia más, según explican referentes empresarios. De este modo, es difícil invertir en yacimientos de trampas arenosas y ahondar la recuperación productiva y de reservas que el país requiere.

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