sábado, 16 de mayo de 2009

Por Fundación Observatorio Pyme. Informe Especial: Los efectos de la caída de la actividad y el empleo en las PyME ndustriales



Durante el cuarto trimestre de 2008 a la crisis del mercado interno, al cual dirigen
mayoritariamente sus ventas las PyME industriales argentinas, se sumó la crisis del mercado
internacional con fuerte impacto negativo entre las PyME industriales exportadoras.
Por su mayor sensibilidad, el comportamiento de las empresas más pequeñas anticipa siempre
el comportamiento futuro del total de la industria.
Desde octubre de 2007 a octubre de 2008 las PyME industriales perdieron 13.700 puestos de
trabajo. Los efectos de la caída del empleo se verán en 2009 en al menos tres aspectos: una
disminución del consumo de 300 millones de pesos, caída en los ingresos del gobierno de 90
millones de pesos (por menor recaudación en concepto de cargas sociales e IVA) y una caída en
las ventas anuales de poco menos de 1.500 millones de pesos.
Las expectativas empresarias para 2009 son negativas y no se espera un repunte de la actividad
durante el año.
Durante el cuarto trimestre de 2008 a la crisis del mercado interno, al cual dirigen mayoritariamente sus
ventas las PyME industriales argentinas, se sumó la crisis del mercado internacional con fuerte impacto
negativo entre las PyME industriales exportadoras. Los efectos sumados podremos medirlos con precisión
hacia fines de este mes.
Mientras la destrucción de puestos de trabajo en las PyME industriales que dirigen mayoritariamente sus
ventas al mercado interno es ya efectiva y hacia el tercer trimestre de 2008 se estimaba en un 2,5%, el
impacto negativo del empleo en las PyME exportadoras está todavía por venir. La velocidad del ajuste
negativo del empleo en las PyME exportadoras dependerá de la capacidad financiera para solventar el
incremento de los costos fijos y de las expectativas sobre los tiempos de reactivación de la economía
internacional.
Es importante destacar la notable resistencia de las PyME industriales argentinas al ajuste negativo del
empleo, especialmente entre aquellas de menor tamaño. Las empresas más pequeñas (de hasta de 50
ocupados) comenzaron a enfrentar el estancamiento de sus cantidades vendidas tempranamente hacia
finales de 2007 y una caída clara a partir del primer trimestre de 2008. Por su parte, las empresas medianas
(entre 51 y 200 ocupados), continuaron creciendo hasta finales de 2007, pero enfrentaron luego una
reversión brusca del ciclo de ventas a partir del primer trimestre de 2008.
Este conjunto de empresas pequeñas y medianas, orientadas mayoritariamente al mercado interno, recién
comenzó a despedir personal durante el tercer trimestre de 2008, es decir un semestre después del claro
inicio del ciclo negativo. Efectivamente, mientras que durante la primera mitad de 2008 la caída del nivel de
demanda produjo un desbalance entre los montos vendidos y el nivel de inventarios en las firmas –es decir,
continuaron produciendo a pesar de la baja de las ventas-, a partir del segundo semestre los empresarios
comenzaron a tomar decisiones directas, inicialmente disminuyendo los volúmenes de producción y más
tarde diminuyendo el empleo.
Si entre las PyME industriales más pequeñas no se produjo una más temprana y más drástica disminución
del empleo, se debió a costa de la disminución del margen de utilidad de las empresas y no a la existencia
en el mercado de líneas crediticias para superar la coyuntura. Pero la posibilidad de seguir disminuyendo el
margen se ha prácticamente agotado y no se ven en el horizonte masivas líneas crediticias para financiar el
actual desequilibrio. Bajo estas condiciones, y sin una rápida recuperación de la demanda agregada, el
aumento del desempleo es inevitable. Por otra parte, en esta coyuntura de crisis cualquier cambio
institucional en el mercado de trabajo que aumente la rigidez del mismo no hará más que inducir, en
algunos casos, nuevos despidos y, en otros, directamente el cierre de empresas.
(VER GRAFICO 1)


Los indicadores relevados por la Fundación Observatorio PyME mostraron oportunamente que la confianza
empresaria comenzó a desplomarse a inicios de 2008 y, con ella, las expectativas del segmento. Ya hacia
mediados de año, los signos negativos empezaron a verse de manera concreta: caída de las tasas de
actividad y empleo; freno del ritmo de las inversiones; aumentos de los niveles de stocks de las empresas;
debilitamiento de la cartera de pedidos, entre los más significativos.
Un diagnóstico precoz ayuda siempre a enfrentar los problemas con mayor probabilidad de éxito. Y sabemos -por propia experiencia y por otras experiencias internacionales- que por su mayor sensibilidad, el
comportamiento de las empresas más pequeñas anticipa siempre el comportamiento futuro del total de la
industria. De aquí la insistencia de esta Fundación con los funcionarios de gobierno a tomar con seria
consideración los signos positivos o negativos que surjan de la coyuntura de las PyME.
Las estadísticas elaboradas por la Fundación Observatorio PyME mediante la genuina colaboración de
miles de empresarios pequeños y medianos de todo el país, permitió calcular que hasta el tercer trimestre
de 2008, fueron 13.700 los puestos de trabajos destruidos en el sector. Crear dichos puestos de trabajo
había requerido oportunas inversiones en los distintos sectores, desde $14.200 en el sector Textiles,
prendas de vestir y productos de cuero y calzado, hasta $57.500 en el sector Metales comunes y productos
de metal que ahora quedarán ociosas (Ver Cuadro 1).

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