miércoles, 29 de julio de 2009

Precios, producción y tarifas

El mayor precio del gas en boca de pozo acordado por Nación y Neuquén supone poner en movimiento el andamiaje necesario para recuperar la producción de gas especialmente en la Cuenca Neuquina, la mayor productora de ese fluido en el país. La caída de producción y reservas que viene registrándose producto del congelamiento del precio, a partir de la pesificación resuelta en 2002, ha dado suficientes pruebas estadísticas para alertar sobre una tendencia que muestra ya efectos claros: la creciente importación de gas a precios internacionales, subsidiados por recargos en las tarifas de consumo residencial, ha sido uno de los ejemplos más recientes.
La caída de equipos de perforación en Neuquén no tenía proyección de revertirse, a no ser por el incentivo de un recupero de precio que si bien no llega a alinear el fluido con los precios internacionales, implica una suba substancial en relación a lo que se venía pagando. Tampoco es la solución definitiva: el gas de Neuquén se pagará a 2,40 dólares por Millón de BTU, mientras que Argentina sigue importando desde Bolivia a un precio de 7 dólares por unidad.
Una de las consecuencias inevitables estará dada por un necesario reacomodo de tarifas eléctricas, ya que el aumento lo pagarán los compradores de gas para abastecer generar energía eléctrica.
En ese plano, el país comenzará a pagar parte del precio de no haber diversificado fuentes de energía, ya que en los años 90 concentró sus estructuras productoras de electricidad en el gas como insumo principal, de allí que hoy este recurso se ha tornado crítico.
Argentina pasó de ser un país con reservas gasíferas para 30 años, a un horizonte de 9 años (ver nota página 3).
El sinceramiento tarifario en el país es inevitable y las distorsiones producidas por subsidios y electricidad con precios ficticios han posibilitado, por ejemplo, que sectores industriales no realicen las inversiones necesarias para un uso más eficiente de la energía. El gas que falta se ha consumido en forma poco eficiente, a precios bajos y con una consecuencia hoy clara: el país debe importar el fluido a precios hasta siete veces mayor al que reconoce a sus propias fuentes de producción.
Por otro lado, las distorsiones provocadas por la importación de gas, ante la insatisfacción de la demanda interna, ha provocado fuertes incrementos tarifarios a los usuarios residenciales, lo que hoy ha derivado en disputas judiciales para frenar esos impactos en los consumidores más vulnerables.
Chubut por mayor precio de crudo
Así como Neuquén obtuvo un mayor precio para el gas, Chubut reclama un mayor precio de referencia para el barril de petróleo. Se apunta a llevar el barril de 42 a por lo menos 48 dólares, lo que redundará en mayores ingresos por regalías para la provincia, además de mayor margen de rentabilidad para las operadoras, con el compromiso de dar certeza a los puestos de trabajo que dependen del petróleo.
También en ese caso se tendrán que prever posibles derivaciones: si el precio del crudo se eleva, podría impactar en las tarifas de los combustibles, que si bien han venido incrementándose en los últimos meses, podrían sumar un nuevo argumento para seguir estirando su carrera hacia la paridad que regía en la época de la convertibilidad entre el dólar y el litro de nafta.

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