lunes, 15 de junio de 2009

Crisis y capacitación: una vinculación compatible




En tiempos de baja actividad y definidos como crisis, una de las estrategias que suelen recomendar los especialistas a las empresas, especialmente del sector pyme, es la creación de metas de reconversión y capacitación para estar preparadas a la hora en que el trabajo vuelva a niveles normales. La pregunta es si en el marco de tales situaciones las empresas tienen capacidad para proyectar tales acciones. La consulta fue trasladada al director de la Escuela de Petróleo de la Patagonia, Rubén Croceri, quien sostiene que si bien no es la tendencia generalizada, en esta oportunidad se ha visto una mayor búsqueda de capacitación.
“Esa conducta se ve parcialmente reflejada en la región –explica- hay compañías que sí aprovechan fuertemente esta instancia, ya que al tener personal con menor actividad, sea en las bases o en el campo, han mantenido programas de capacitación y varias de ellas los han intensificado últimamente. Sin embargo también hay otras empresas que venían trabajando en este objetivo y lo han suspendido, porque van respondiendo sobre la realidad de cada una. No hay un patrón común y no podría decirse que todas aprovechan a capacitar a su personal durante la crisis, pero sí podemos decir que es diferente a otras épocas en las que todas abandonaban los programas de capacitación, como una herramienta para bajar sus costos. Hoy un buen porcentaje mantiene los programas”.
Dicho cambio en los comportamientos podría interpretarse como una cierta confianza de que la crisis no será duradera. Al respecto, opina Croceri:
“Siempre se supo que esto es un ciclo, en su momento había cuestiones que llevaba a las empresas a pensar más en el corto plazo. Hoy la estrategia es diferente y muchas optan por optimizar el tiempo de poca actividad para formar gente pensando en el momento de recuperación futura; por otro lado no se trata sólo de un aspecto puntual que dependa de la realidad técnica y económica del momento; desde hace unos años a la actualidad - pensando en el largo plazo - las compañías aceptan con más firmeza la necesidad de formar su personal profesional, técnico y operativo. La idea está más arraigada y hace que apuesten más fuerte a la formación continua de su gente”.

Tendencias

Suele decirse que la industria petrolera exige capacitación permanente y adquisición del manejo de nuevas tecnologías.
“Esto es una exigencia de cualquier industria –reconoce Croceri- pero en el petróleo se ha acentuado últimamente. Durante muchos años se trabajó con gente que aprendió a su manera, en el campo, como se dice comúnmente a los golpes o cometiendo errores. Hoy son dos los factores que impulsan la demanda de mayor calificación: una es el avance de la tecnología, que hace que la gente verdaderamente deba estar más capacitada porque muchos componentes y equipos utilizados en la industria requieren formación especial. El otro aspecto que observamos es que un personal operativo, no profesional, puede adquirir una cierta habilidad en el campo, pero después de un proceso que es largo y no es sistemático. Ahora, si a eso uno le agrega un método, un programa o sistematización, el aprendizaje es mucho más rápido y eficiente. Entonces la realidad económica también incide, porque nos requiere mayor eficiencia en el trabajo y rapidez en la obtención de resultados, lo que nos lleva a requerir personal no sólo mejor formado, sino en forma más rápida. No podemos esperar diez años a que se forme un supervisor en el campo, la dinámica del sector impone que esa formación se acelere. Esto se logra con programas continuos que incluyan objetivos y metodologías apropiadas para la capacitación y entrenamiento”.

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